domingo, 13 de febrero de 2011

Amor caprichoso

Es difícil ver al amor de tu vida seguir su camino con otra persona, como también lo es alejarse de él a la fuerza. Si fuera por voluntad propia lo aceptaría sin reclamos, pero al hacerlo obligadamente obtengo el derecho de sufrir por ello. Mi mente comprende que es lo mejor, así se evitaría problemas familiares y conyugales... Pero ¿cómo se le explica eso al corazón?
Él no entiende ninguna razón, es caprichoso, y quiere que ese amor, que se aleja poco a poco, esté en poder de él sin que nadie pueda oponerse... El corazón no ve las consecuencias, hace avanzar a uno hasta el final... El corazón no ve femeninos ni masculinos, no ve rostros, ni cuerpos, ni estatura, ni contextura física, ni color, ni religión, ni distancias ni fronteras.
Tampoco ve el bien y el mal, no sabe diferenciar el amor de la amistad, no ve dinero, ni le interesa la edad, y en algunos casos no ve ni siquiera tíos, primos, hermanos... En estos últimos casos me quiero enfocar... ¿El corazón sabe que su amor verdadero late con la misma sangre?
No estoy segura, lo que sí afirmo es que sabe lo que es sufrir, aún sabiendo que esa persona siente lo mismo, viendo como los ojos de ambos no dejan de desearse, sus labios no dejan de llamarse uno al otro, necesitando uno del otro, sus abrazos, caricias, sus personalidades encajan perfectamente, ambos fueron hechos para amarse...
Pero no es aceptado por la conciencia de ambos, que los domina. Y eso hace sufrir, agonizar, sangrar... La misma sangre, ¿no entiendes corazón? ¡Eres demasiado caprichoso!...

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